Por Rosa Vilchez
De niña soñaba con un mundo bello y mágico
Al crecer descubrí que el mundo tenía fealdad y tenebrosidad
De niña soñaba con un mundo en armonía y alegre
Al crecer descubrí que entre los hombres había rivalidades y
odios
De niña soñaba con crecer y hacer el bien
Creciendo descubrí que crecer era un riesgo y que hacer el
bien era de tontas
De niña soñaba con una vida colmada de bondades y amores
Y con el tiempo descubrí que la bondad era escasa y que los
amores eran efímeros
De niña soñaba cosas bellas y cuando las soñaba las vivía
como realidad
Y descubrí forzadamente que la realidad era dura
Ahora vuelvo a reencontrarme con la mágica niña, porque me
di cuenta, que lo antes descubierto fue tan sólo el mundo de los que no se
atreven a vivir sus delicados sueños
Enhorabuena por la poesía, querida Rosa. Es probable que el mundo mediocre, enfermo y desolado, esté compuesto por quienes no se han atrevido a vivir sus sueños... Hacerlo implica salirse de lo conocido y entrar en la incertidumbre. Es curioso que adentrarse en ésta, permita alcanzar una mayor plenitud, incluso, cuando en apariencia parece irte peor... Quizás sea así porque no quedan pendientes en el alma de quien se atreve... En cambio, quienes vencidos por el miedo se quedan en las convenciones, en lo seguro, vivirán aprisionados en la cárcel de lo conocido... Que los sueños llevan a la incertidumbre, lo sabemos, también la incertidumbre nos regala nuevos sueños. Un abrazo.
ResponderEliminarQuerida Rosa, tu poesia me ha tocado en la profundidad de las entranas y me reconocí en ella.
ResponderEliminarUn abrazo... Ursula