Por: Julia Reyes
Una vez que lo pruebas
te quedas así
como libando el verso
como libélula hechizada
en las orillas del cántaro.
Y se vuelven tus manos
barro fresco
cascada de luz
sonido inifinito.
Una vez que lo pruebas
ya nada se queda quieto
nada percibes de igual manera.
Acuden los bríos a insuflarte
y te meces en la cuna de la dicha
para vivirte siempre
ENCANTADA.
Una vez que lo pruebas
te quedas así
como libando el verso
como libélula hechizada
en las orillas del cántaro.
Y se vuelven tus manos
barro fresco
cascada de luz
sonido inifinito.
Una vez que lo pruebas
ya nada se queda quieto
nada percibes de igual manera.
Acuden los bríos a insuflarte
y te meces en la cuna de la dicha
para vivirte siempre
ENCANTADA.