Por María Brito
Pero hay un vacío..., vacío que a veces
se llena con lágrimas de apego
¡Me descubro hablándote!
¡Pero no estas! Me pregunto si me escuchas
El sol no deja de brillar
ni la luna deja de reflejar su luz.
Los pájaros no dejan de volar
ni el viento deja de acariciar.
Las mañanas no dejan de llegar
después de las largas noches.
Todo sigue igual... en apariencia.
ni la luna deja de reflejar su luz.
Los pájaros no dejan de volar
ni el viento deja de acariciar.
Las mañanas no dejan de llegar
después de las largas noches.
Todo sigue igual... en apariencia.
Pero hay un vacío..., vacío que a veces
se llena con lágrimas de apego
¡Me descubro hablándote!
¡Pero no estas! Me pregunto si me escuchas
¿puedes oír mis pensamientos?
¡Ojalá y estuviera segura!
Pero no creo que te distraiga nada de este mundo
¡Y menos cuando el cielo es el destino!
Me quedan los recuerdos hermosos
de cuándo llegaste esa noche
¡Para alegría de todos!
No se a que hora me dormí
¡Esperándote!
Recuerdo como si fuera ayer
La voz de mamaita llamándonos
a la mañana siguiente
¡Vengan a conocer a su hermanita!
Recuerdo la ternura que despertaste en mi
A pesar de mi corta edad
¡todo cambio con tu llegada!
¡hiciste de mi una madrecilla!
¡Porque tu despertaste ese instinto maternal en mi!
Me sentaba en la vieja mecedora, y te dormía
mientras te cantaba canciones de cuna...
Luego creciste y te hiciste Mujer
¡Sí, mujer... en todos los sentidos!
Fuimos viviendo en complicidad otras aventuras
¡como la de ser madre!
¡Gran aventura esa!
¡Tu partes en este viaje! ¡dejando todo como si nada!
¡Te adelantaste!
El tiempo pasa, y todo sigue igual,
la vida no se detiene,
pero nos volveremos a ver...
¡Cuando el cielo lo decida! ¡Hasta luego!
Pero no creo que te distraiga nada de este mundo
¡Y menos cuando el cielo es el destino!
Me quedan los recuerdos hermosos
de cuándo llegaste esa noche
¡Para alegría de todos!
No se a que hora me dormí
¡Esperándote!
Recuerdo como si fuera ayer
La voz de mamaita llamándonos
a la mañana siguiente
¡Vengan a conocer a su hermanita!
Recuerdo la ternura que despertaste en mi
A pesar de mi corta edad
¡todo cambio con tu llegada!
¡hiciste de mi una madrecilla!
¡Porque tu despertaste ese instinto maternal en mi!
Me sentaba en la vieja mecedora, y te dormía
mientras te cantaba canciones de cuna...
Luego creciste y te hiciste Mujer
¡Sí, mujer... en todos los sentidos!
Fuimos viviendo en complicidad otras aventuras
¡como la de ser madre!
¡Gran aventura esa!
¡Tu partes en este viaje! ¡dejando todo como si nada!
¡Te adelantaste!
El tiempo pasa, y todo sigue igual,
la vida no se detiene,
pero nos volveremos a ver...
¡Cuando el cielo lo decida! ¡Hasta luego!
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