lunes, 4 de mayo de 2015

POEMA SIN VERGUENZA

Por Julia Reyes



Este poema se acaba de sacar lo que
traía puesto.
Se desviste porque se le da la gana.
Anda desnudo coqueteando en el espejo,
por diversión.
Parece indiferente
a todo lo que le rodea.
No le asustan los comentarios:
ni del vecino, ni de la policía, ni del poeta.

Este poema no quiere ser propio
ni quiere ser firmado.
En realidad no le interesa en absoluto
el derecho de autor
ni le parece necesario
dejar una nota al pie de página.

Es completa e indeterminadamente desvergonzado,
y está completamente decidido
a quitarse el rostro.
(Eso no le asusta).

Sabe ajustarse a las rimas necesarias
y no parece hacerle mella equivocarse.

A este poema no le interesan las apariencias:
es  de  una sinceridad despreocupada
y está hecho un desparpajo
con sus palabras.

A este poema
no le provoca
no le causa
no le sirve
lo que traía puesto
y está completamente decidido
a reírse en serio.

A este poema
no le va
no le sienta
no le entretiene
nada que no le haga disfrutar.

A este poema sinvergüenza,
dicen que le buscan por distraído.
Por aburrido, no.
Por arrepentido, tampoco.
Por tránsfuga, capaz.

A este poema hay que darle un final feliz.
O no darle ningún final.
O darle alguna que otra oportunidad
de ser un poema
SIN VERGÜENZA.

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