Por María Brito
El poder desmedido de hombres desalmados
y armados con armas de fuego,
¡destruyen futuros de jóvenes!
¡Sangre corre por las calles!
¡La mentira se hace verdad!
¡El llanto de madres huérfanas de hijos!
Escriben con su sangre
la historia que nunca olvidaremos...
¿Quién duerme? Si el dolor no te deja...
Corazón que se oprime y la solidaridad no aflora,
lágrimas amargas con sabor a impotencia...
Lágrimas que sólo moja la almohada
de quien en la oscuridad suplica
¡Piedad y misericordia...!
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