Por: María Brito
¡A veces no nos damos cuenta
de lo encarcelados que estamos!
Prisioneros en nuestro propio cuerpo,
Si! Y basta con abrir la puerta para
¡Entrar en la libertad de lo que hay afuera!
¡Ahí si! A dos pasos de la puerta!
Un mundo desconocido, inadvertido
Que esta ahí ¡para ti! y que ha estado siempre
Pero... Es algo que te asalta! Y
por primera vez se asoma...o te das cuenta! te ofrece
Una mañana húmeda, acogedora, y con inusitada alegría
correspondes a un amor que siempre te ha estado seduciendo!
Te golpea el aroma de chocolate
Caliente que viene del vecindario
Y puedes sentir la calidez del hogar
De dónde viene con sólo cerrar tus ojos!
y como por arte de magia se abren. las
Compuertas! Esas, Las que aprisionan los sentidos
Miras a tu alrededor descubriendo cosas nuevas
¡Un trébol con hojas muy grandes en el jardín!
Que hermoso regalo!
Anunciando que el día estará lleno de milagros, de
pequeños regalos, ¡y yo estoy dispuesta a recibir
Lo que amorosamente me brinda ¡El Amado!
de lo encarcelados que estamos!
Prisioneros en nuestro propio cuerpo,
Si! Y basta con abrir la puerta para
¡Entrar en la libertad de lo que hay afuera!
¡Ahí si! A dos pasos de la puerta!
Un mundo desconocido, inadvertido
Que esta ahí ¡para ti! y que ha estado siempre
Pero... Es algo que te asalta! Y
por primera vez se asoma...o te das cuenta! te ofrece
Una mañana húmeda, acogedora, y con inusitada alegría
correspondes a un amor que siempre te ha estado seduciendo!
Te golpea el aroma de chocolate
Caliente que viene del vecindario
Y puedes sentir la calidez del hogar
De dónde viene con sólo cerrar tus ojos!
y como por arte de magia se abren. las
Compuertas! Esas, Las que aprisionan los sentidos
Miras a tu alrededor descubriendo cosas nuevas
¡Un trébol con hojas muy grandes en el jardín!
Que hermoso regalo!
Anunciando que el día estará lleno de milagros, de
pequeños regalos, ¡y yo estoy dispuesta a recibir
Lo que amorosamente me brinda ¡El Amado!
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